Un callejón en el que podemos recordar las ciudades antiguas que tenían bastantes altibajos donde no se podía ver a mas de 15 metros gracias a sus curvas y la angostura de éstos.
Las ciudades antiguas tenían bastantes árboles los cuales hacían respirar el planeta, pero por la ambición humana ellos poco a poco han ido desapareciendo hasta que en algún momento dejarán de existir y con ellos irán desapareciendo los animales menos y más desarrollados hasta llegar a la extinción a la que el ser humano teme.
La mayoría de las calles fueron rocosas porque no existían los automoviles que también hacen mucho daño al planeta.
Finalmente los faroles opacos que iluminaban poco los callejones de las ciudades.
Por. Daniel Vanegas
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